jueves, 30 de octubre de 2008

Calle Soledad - Javier Ortiz


CALLE SOLEDAD
Javier Ortiz

Caminaba por la calle, solitario, hasta que vi su rostro perdido entre una multitud. Me quedó grabado en la mente; se fue conmigo. Ahora no estoy solo. A diario, varias veces al día, cierro los ojos y lo recorro: cada detalle, desde la fina cabellera hasta la puntiaguda barba, veo hasta la más mínima facción, cada poro, cada arruga; es como un mapa que deja un abultamiento en la entrepierna. Por las noches, lo acaricio dentro de los sueños. Pero lo más regocijante es cuando me levanto cada mañana: abro el refrigerador y la encuentro allí, quizás ya un poco pálida y cada vez más verde. Entonces tomo mi desayuno, mi maletín y salgo a trabajar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un cuento escalofriante, con un sentido viceralmente sexual y macabro, donde el sentido de palabras juega y reta a interpretar al personaje.

Un cuento provocativo, que deja a la imaginacion de cada uno, si su obsesion era de genero masculino o femenino.

Además de eso, le deja al lector un presentimiento aterrador, ¿Su obsesion lo llevo a cometer un crimen? ¿Qué es lo que hay en el refrigerador?

¡Felicitaciones es un cuento muy creativo, me agrado, me provocó, me estímulo, me aterró y me intrigó!

Olga A. de Linares dijo...

Sin duda, un cuento inquietante, de los que no se olvidan

Anónimo dijo...

Se trata de un relato cuya interpretación personal no deja de ser de lo más creativo.
Seguramente define la cobardía interna que nos invade a la hora de afrontar nuestros más íntimos sentimientos. La negación de esa persona que en realidad somos y tememos ser. Lo que en realidad sentimos y nos negamos a sentir.
Entonces, nos sentimos satisfechos sumergiéndonos en el deseo de consumar lo que realmente queremos sin permitirlo. Me parece dramático.