viernes, 13 de noviembre de 2009

Migratorios – Héctor Ranea


En la cervecería vimos que un tipo sacaba subrepticiamente un reloj fosforescente, movía botones e hizo desaparecer a un amigo de nuestra mesa, quien un instante después volvió, algo despeinado. Entonces ya el tipo del reloj había desaparecido y también la billetera del transportado.
Raro que alguien hiciera semejante despliegue de tecnología para apoderarse de una billetera que ni dinero ni documentación importante tenía.
Al día siguiente llamaron a nuestro amigo de un circo. Habían encontrado su billetera en la piscina de las focas junto a un sombrero de cuero. Él recuperó la billetera de cuero de foca y se quedó con el sombrero, que de vez en cuando se vuela al menor atisbo de tormenta. Si vamos a creer en la deducción, concluiríamos que el sombrero es de cuero de oca, pero no daría nada por sentado.

2 comentarios:

Javier López dijo...

Buenísimo Héctor!
Su método deductivo me encantó. La situación, irreal, surreal... un poco daliniana, que ya sabe usted que tanto me gusta.
Un saludo.

Ogui dijo...

Es que a mí también me gusta mucho el Arte de Dalí... y la cerveza de ese lugar. El problema es si aparece ese señor... qué quiere? qué hace? qué misterio!