viernes, 5 de febrero de 2010

Retratos - Esteban Dublín


El talento de Apolinar Manzano ha trasgredido el terreno de lo artístico. Sin que él lo sepa, sus dibujos se escapan de los cuadros cobrando vida. Una mañana, cuando fue a ver el caballo que había pintado, descubrió que ya no estaba en el lienzo. Le pareció extraño, pero en ese momento pensó que tal vez había dejado su dibujo en medio de sus otros cuadros, perdido entre su característico desorden. No obstante, cuando no encontró el retrato del niño en el árbol, ni el de la mujer semidesnuda, ni el del ángel con sable, Apolinar pensó que estaba al borde de la locura. En un arrebato de inspiración, pintó un autorretrato referido a su estado mental en el que se sumergía en el mar. Cuando despertó, sintió un roce húmedo en la piel y, aún preso del letargo, divisó una gigantesca ola elevándose sobre él.

2 comentarios:

Ogui dijo...

Notable!

Esteban Dublín dijo...

Gracias, Héctor. Un honor viniendo de parte tuya.