miércoles, 17 de febrero de 2010

Robo 3 - Héctor Ranea


En la Torre la búsqueda era frenética. Hugo, cuervo de la dinastía de espalda espejada, no aparecía por ningún lado. No era demasiado especial, ni siquiera demasiado viejo, pero era el único que tenía la extraordinaria virtud de brindar a la salud de quien le convidara cerveza. Apareció sano y salvo el lunes sin poder explicar su desaparición, obviamente. Atribuyeron la ausencia a su natural perversión que lo llevaba a beber cerveza irlandesa negra. De hecho, se encontró entre sus plumas una tarjeta con la dirección de un Pub, famoso por la calidad de su Stout.

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