jueves, 29 de abril de 2010

Altar – Ruy Feben


Una mano no dejaba de temblar sobre el altar, como si latiera aún pegado a sus arterias el corazón que palpitaba con furia dentro de mi torso desnudo. Junto a la pirámide, miles celebraban con ojos encendidos otro sacrificio para el dios que nos dejaba vivir, con una sola mano, desde siempre. Pero pasó algo nuevo esa noche: el dios bajó y con mi mano cercenada mató a todo el pueblo.
Cuando mi propia mano alcanzó mi cuello, desperté.
En medio de la noche negra, no sé si lo que parpadea es el despertador o el ojo lejano de un dios. Me percato de mi brazo dormido hasta que en la oscuridad mi mano se mueve contra mi voluntad, escala las sábanas, alcanza mi cuello.


Tomado de http://elclaxon.arts-history.m/

Liliputiense - Walter Böhmer


Caliente como una pava pateó un clip que le arrancó un alarido de dolor, corriendo sobre un solo pie llegó a las patas de la silla e intentó trepar sin éxito. Miró hacia arriba y maldijo su puta suerte, ese rayo debía agrandar su pene, no encogerlo por completo.


Tomado de http://blogs.clarin.com/apologiadelosmiedos/

Aritmética - Víctor Lorenzo Cinca


Claro que puedes hacerlo, Chus, cómo no vas a poder. Sólo es una multiplicación. Y de las fáciles. Venga, por favor, por lo menos esfuérzate un poco, hazlo por nosotros. Sabes que confiamos en ti, eres capaz de esto y de mucho más. Inténtalo, por lo menos. Además, hasta que no termines la multiplicación no podemos ir a comer, ya lo sabes. Primero son las obligaciones. Y mira ya qué hora es. Nosotros empezamos a estar hambrientos, ¿tú no? Está bien, si quieres te podemos ayudar un poco, pero debes hacerlo tu solito, ¿de acuerdo?

Harto de tanta insistencia, Jesús cogió los panes y los peces, y los multiplicó.


Tomado de http://realidadesparalelos.blogspot.com/

El insomnio de Spiderman - Víctor Lorenzo Cinca


Por culpa del zumbido de una mosca noctámbula, Peter Parker sigue dando vueltas bajo las sábanas, en su apartamento neoyorquino, sin poder pegar ojo. De pronto, gracias a sus superpoderes arácnidos, percibe el accidente en el teleférico, en las afueras de la ciudad, donde la vida de seis personas ―entre ellas dos mujeres y un niño― pende literalmente de un hilo. Sólo él puede actuar con la rapidez necesaria; ni los servicios de emergencia, ni la policía ni los bomberos son capaces de actuar con tanta celeridad. Debe darse prisa: el deber le llama. Salta de la cama, se enfunda el ceñido traje azul y rojo y acude heroicamente al rescate, no sin antes lanzar por sus muñecas unos pegajosos hilillos hacia el techo y empaquetar a la mosca, con pacientes movimientos circulares, sin prisa alguna, en un sedoso capullo. El instinto es el instinto, lo demás puede esperar.


Tomado de http://realidadesparalelos.blogspot.com/

domingo, 25 de abril de 2010

Memoria del mundo – Sergio Gaut vel Hartman


La felicidad, la belleza y la alegría empezaron a cotizarse en todas las bolsas del mundo. Pero la gran demanda de unos bienes tan exquisitos no tardó en provocar una tremenda distorsión en el mercado. El precio se fue a las nubes y los únicos que pudieron adquirir las acciones, los viejos magnates endurecidos por el juego del poder, los políticos corruptos, los usureros y los ladrones, no sabían manejar especies tan delicadas. Las guardaron en cajas de seguridad, en bóvedas protegidas y sustrajeron del uso público algo que siempre, aún en la desgracia, había sido el consuelo de la gente. La humanidad se extinguió, claro, y así fue como las nutrias heredamos la Tierra.

Contra la desigualdad - Óscar Román Alconada


Hoy se ponen a la venta las entradas para el concierto contra la desigualdad entre los países ricos y pobres. Participarán las estrellas más importantes del panorama musical. La entrada de butaca tiene un precio de cinco euros y la de palco de doscientos. Protección Civil recomienda, a los que entren de butaca, evitar movimientos bruscos para que no se caigan los de palco.

Tomado de http://oscarroman.com/

El otro mundo – Ruy Feben


R cae en coma sabiéndose el único en el mundo que conoce la Clave. Con el cuerpo entubado, entra en una pesadilla en la que espera nervioso, en un cuarto blanco, junto a un teléfono.
Ring.
R contesta, sueña que contesta, tiembla. Una voz que no parece de este mundo exige saber la Clave: de ella depende la salvación de este mundo u otro, R ignora cuál. En cuanto R responde, el auricular suelta un tono agudo que llega al infinito.
El cuerpo entubado de R yace en la cama del hospital. Si despertara, vería por la ventana lo que en sueños había previsto: una explosión acercándose hasta calcinarlo, una salvación detonada con alguna Clave, desde quién sabe qué mundo.

Tomado de: http://elclaxon.arts-history.mx/

viernes, 23 de abril de 2010

El pozo, el árbol, el hijo y un libro - Saturnino Rodríguez Riverón


Como todavía no tengo el agua —no he cavado el pozo aún—, tampoco el árbol ha sido plantado. Y si no tengo el árbol para que el niño suba a sus ramas y desde allí conquiste el mundo, pues el hijo no ha nacido. Sólo me queda el relato de estas carencias como primer página del libro que escribiré. A partir de mañana comienzo a cumplir el adagio.

Palos de ciego - Juan Armando Epple


En el día los videntes se apoderan de la ciudad y miran con lástima a los que titubean en las esquinas, tratando de adivinar el cambio de luces, y luego tratan de abrirse paso entre la muchedumbre tanteando la vereda con sus bastones blancos.

En la noche los no videntes se aventuran sin problemas por las calles, cruzan de uno a otro extremo de la ciudad, tratando de no atropellar a esos pobres transeúntes que titubean en las esquinas, aferrados a unos bastones blancos que alguien les ha prestado.

Tomado de http://www.letrasdechile.cl/

Impuntualidad femenina - Karla Preciado Mendoza


Querida Tamar:

Desde pequeño he odiado las demoras. Ya se ha ocultado el sol y ha venido la luna, mujer impuntual. Ayer acordamos estar al atardecer en tu cuerpo. Te dejo y sigilosamente me aproximo al mío.

Onán.

Apocalipsis - Ruy Feben


Meses después me percaté del tamaño de mi error: haber dejado el ejemplar de El Principito, que había tomado del anaquel de literatura universal de la biblioteca, en el de literatura infantil. Cuando volví, la lenta calma del recinto encerraba monstruos silenciosos reptando cada letra: en política estaba el Golem de Meyrink, en arquitectura las Ruinas Circulares de Borges, en filosofía libros de JG Ballard y en autoayuda el Quijote. Quién sabe cuántas cartas de relación se lean ahora como manuales de ingeniería.

El terror golpea: me abalanzo sobre la sección de libros religiosos, esperando con toda mi fe no encontrar ahí a la Biblia hablando de dios de nuevo.

Tomado de: http://elclaxon.arts-history.mx/

lunes, 19 de abril de 2010

Efemérides - Víctor Lorenzo Cinca


Hoy se celebra el segundo centenario del fallecimiento del señor Charles Mann, célebre científico y médico estadounidense, reconocido mundialmente por ser el descubridor de la vacuna contra la muerte, proclamó con solemnidad el anciano orador ante un envejecido y decrépito público.


Tomado de Realidades para Lelos

Imagen: Park de Leonid Afremov

El detalle invisible - Sergio Gaut vel Hartman


—¡Partime al medio! ¡Rompeme toda! ¡Haceme tuya! —exclamó la mujer, excitada por la perspectiva de un coito memorable con el extraterrestre. Los alienígenas habían llegado esa misma tarde a la Tierra, y en lugar de acordar un tratado de paz con los capos del planeta o arrasar las ciudades a sangre y fuego, se habían limitado a salir de las naves como un enjambre de abejas, ávidos y curiosos como turistas japoneses, simpáticos y bellos, idénticos en todo a los humanos, excepto por un pequeño detalle casi invisible: en su lenguaje no existían las metáforas.


Imagen: Flow of Love de Leonid Afremov

Ahora que no miran - Óscar Román Alconada


―Además me voy a chivar a mis padres ―le dijo mientras vaciaba la mochila en el suelo.
―¿A ti qué más te da? Además son como los que usas tú, de los buenos. Venga, mételos otra vez en la mochila, que luego los repartimos.
―Pero, ¿para qué quieres tantos bolígrafos?
―¡Qué más da, si no los vamos a pagar! Nos quedamos unos cuantos y los demás se los vendemos a los compañeros de clase.
―Juanjo, seremos muy amigos, pero la tienda es de mis padres.

Tomado de http://oscarroman.com/


Imagen: Bottle Jazz 6 de Leonid Afremov

Inundación - Javier López


Hace dos meses que no deja de llover.
El nivel de las aguas está subiendo peligrosamente y las autoridades han recomendado refugiarse. Por eso me he abastecido de provisiones para poder estar una temporada sin salir de casa, como han aconsejado en los noticiarios. De momento estoy seguro: vivo en un segundo piso.
Así que ahora estoy poniendo en la despensa lo que acabo de comprar: las galletas sin gluten, pastillas de glucosa (en la radio: "Protección Civil mantiene la alerta roja por inundaciones. Seguimos recomendando que no salgan a la calle. Repetimos: no salgan a la...), glutamato para sazonar las comidas y glu... glub... glubb... ( ...calle, refúgiense en los apartamentos más altos. El nivel de las aguas podría elevarse por encima de los segundos glu glubbbbb... ").


Imagen: Fall, rain, alley... de Leonid Afremov

domingo, 18 de abril de 2010

De columpios a mecedoras - Laura Elisa Vizcaíno


—Mañana que es mi cumpleaños quisiera una fiesta con globos, pasteles de chocolate, helados de vainilla y serpentinas. Ojalá que puedan venir mis amigas y toda la familia, tal vez me traigan regalos. ¡Cómo no le pedí a mamá ese vestido amarillo para usarlo en mi día!
—Vidita, tranquilícese, yo creo que ni sus nietos vendrán a verla. Mejor la ayudo a pararse.

Cómplice inesperado - Jorge X. Antares


Sabía que tenía que hacerlo. Esa persona estaba haciendo mucho daño a sus personas queridas y ellas no tenían el poder y el dinero para combatirle. Recordó la última vez que utilizó su maldición. Escribió un pequeño relato acerca del matón que le hacía la vida imposible en el instituto y se lo dio a leer a la gente. A los pocos días, el matón murió repentinamente. Supo lo que había pasado. Sólo apuntó el arma y canalizó la energía de la gente que leyó el cuento... como ahora.

Historias de carretera (2) - Jordi Cebrián


Una gasolinera abandonada, ¿por qué no paramos y tomamos fotos?. Esos arbustos, como las películas, mira cómo ruedan. Fíjate, sólo quedan las paredes, los restos de un coche y esa especie de cobertizo, haz fotos ahí, ven, déjame la cámara, ponte ahí, en ese rincón, junto a esas maderas, estás guapísima, agárrate a esas cuerdas, así, cómo si estuvieras atada, qué suerte ha sido encontrarte, no tener que conducir solo, otras chicas tendrían miedo, tú, en cambio, tan amable, tan confiada; no, no temas, sólo quiero hacerte unas fotos, ¿dónde vas?... ¿quiénes son ellos?, ¿ya les conocías?, no, por favor.



Acerca del autor:

jueves, 15 de abril de 2010

La tregua (profecía) – Ruy Feben


A las 6 de la tarde el enjambre de gotas invade sin clemencia el valle de México. Una pequeña multitud huye hacia las resbalosas escaleras de metro Viveros, rústico refugio del nuevo siglo para sobrevivir la batalla que se libra desde que comenzó la memoria. El lago reclama su tierra desde el cielo: Tlaloc en avanzada sobre una horda en retirada. El embiste final: a punto de estar bajo techo, una niña resbala, cae de nuca contra el escalón de mármol.
Arriba, Tlaloc observa. Llama a sus generales para cantar victoria. Abajo, la niña se convulsiona frente a una multitud ensombrecida, que no se percata de que afuera la lluvia cede: el sacrificio ha sido saldado.

Tomado de: http://elclaxon.arts-history.mx/

Imagen: Max Ernst "Europa tras la lluvia"

Incompatibilidades – Sergio Gaut vel Hartman


“Prohibido escribir en esta pared”, rezaba el cartel escrito precisamente en esa pared, y así permaneció durante semanas, sin que nadie le prestara atención. Pero un día acertó a pasar por ahí un sacerdote que se detuvo, leyó lo escrito y reflexionó sobre las prohibiciones en general y en particular sobre la que determinaba la incompatibilidad entre rezar y ser el capo del cartel de Mexicali.

Imagen: Paul Klee "Contemplating"

Leyendas urbanas (1) – Héctor Ranea


La colina de piedra amaneció amarilla. Durante la noche Jerzy la había pintado y había huido. Conocía la leyenda de que un circo vendría al pueblo amarillo y robaría niños para darlos de comer a tigres y leones. La gente huyó y, cuando los saltimbanquis llegaron, encontraron sólo ratones para alimentar a sus dragones hambrientos.

Imagen: Salvador Dalí "Desnudo en el desierto"

El francotirador - Alejandro Ramírez Giraldo


Es maravilloso observar al enemigo desde arriba, verlo tomar el sol, tranquilo, indolente. Entre sus guardaespaldas se cree invulnerable. A veces, durante el día, apunto mi arma hacia su rostro y lo veo sereno, imperturbable, afortunado. Lo puedo matar asépticamente, mientras sonríe o acaricia a su amante. Yo decidiré cuándo debe partir hacia el infierno. Morirá ignorando que un hombre ofendido lo cuida como un Dios y que vive gracias a su misericordia.

Tomado del blog: http://www.minicuento.com/

Imagen: Salvador Dalí "El horizonte olvidado"

Sobre el autor: Alejandro Ramírez Giraldo

Castigado - Óscar Román Alconada


Dile que se olvide de la bicicleta que nos pidió por su cumpleaños. No va a ir con sus compañeros de viaje de fin de curso, está castigado. Dile que va a estar todo el verano sin propinas. A ver si tengo suerte y encuentro trabajo pronto, no sea que le dé por aprobar en septiembre y me quede sin coartada.

Tomado de http://oscarroman.com/

Imagen: Paul Klee "17 Astray"

Comer - Martín Zariello


Después de que la consolé en su consultorio la dentista me invitó a cenar. Me agasaja porque, según ella, le salvé la vida, esa misma noche se iba a suicidar. Me pregunta qué comida quiero.
—Cualquier cosa menos verdura.
A la noche: ¿qué hay de comer? Muchas verduras hervidas en una especie de canasta metálica. La vida es absurda hasta el cansancio.

Sobre el autor: Martín Zariello

Imagen: Yves Tanguy "The Ribbon of Extremes"

miércoles, 14 de abril de 2010

Verdades y secretos – Sergio Gaut vel Hartman


Se dice que la exploración de nuestro mundo comenzó en el contexto de la carrera espacial entre USA y URSS, como efecto colateral de la Guerra Fría. Pero en realidad, el verdadero motivo fue el interés de los humanos por descubrir si en Nesuf había una civilización que los pudiera amenazar.
Como no tenían pruebas para respaldar sus especulaciones, los terrícolas crearon una serie de teorías y mitos sobre Nesuf, que trascendieron en la literatura y las leyendas. Lo que nuestros vecinos no saben es que los “marcianos”, como nos denominan, estamos construidos con el guretilo del Frutzi, algo que sus torpes instrumentos jamás podrán detectar. Tampoco saben que al pisar la superficie de nuestro mundo, los juiferit que moran en las kioer los visitarán por las noches y que les inyectarán una sustancia secreta para convertirlos en adpadlar antes de que sus giuoret puedan jukar el orlo.

martes, 13 de abril de 2010

Atrapados - Carlos Feinstein


Atrapamos a uno de los dos, el tal Gautman se nos escapó, pero Raneval no. Gautman está condenado, no hay manera de escapar a la larga triagarra de la Prostática. A Raneval lo tenemos en custodia en el vientre de una exjeta direnoch en celo. Estará bien protegido, aunque el trauma le durará por el resto de vida. No es para menos ser violado por las negetas una y otra vez. Pero no importa cuando lo traigan no podemos perder tiempo, tenemos que averiguar como estos sujetos aprendieron El Ancro lenguaje de su Altísima Majestad Excicra sin haber pisado nunca Marte.

Sobre el autor: Carlos Feinstein

Finito pero pasó - Héctor Ranea


El Profesor Fenisiten del IMOC (Instituto Marciano de Observación Celeste) estaba rodeado. Sus ratones ART habían sido sobrepasados por los exgeta direnoch. No tenía chances porque sus zolcilloncas de megatitanio estaban del otro lado de la puerta estanca. Era cuestión de tiempo, los molestos violadores seriales penetrarían la coraza. Recordó la fórmula ancestral de conversión gelificóstrica y buscó frenéticamente los componentes con el sintetizador intergaláctico. Logró extratrasvasar tres de los cuatro intercobilozomitadores y siete de los ocho ingelifokamadures. Con eso compraría algo de tiempo. Cuando ya tenía todo preparado para mojar a los bichos, un mensaje le informó que faltaba el elemento más importante, aunque podía extraerlo de su ñorca, cosa que no hacía desde hacía eones. Así, mientras sonaban los energúmenos exgetas a la puerta, comenzó a pensar en su Princesa Excicra. En cuestión de segundos el brebaje estaría listo. Se trataba, como siempre, de transferir ADN...

Hay chistes que son universales - Saurio

En el recreo, Jiyuj'di'to le pone la lejenyu en la yenysu a Jezoj'v'ito y le dice:
—¿Sabés cómo cogen los humanos? —Todos, menos Jezoj'v'ito, ríen. Hasta que el niño replica—: Con la ñune en la yenysu y el señzje en la lejenyu.
Y todos ahora se ríen de Jiyuj'di'to, víctima de su propia broma.
Es que hay cosas que pasan en todos los colegios de todo el universo.

domingo, 11 de abril de 2010

Mis pobres pensamientos - Alejandro Ramírez Giraldo


La maldita rata es capaz de leerme el pensamiento. Sabe cuando me escondo para cazarla (levanta sus patitas para burlarse de mi ingenuidad); cuando le dejo veneno (agita violentamente su bigote para imprecarme) y hasta cuando tengo pensamientos hostiles hacia ella (me mira pensativa). Además me vigila cuando estoy meditando y mueve las patas como queriendo dar una opinión. Después de meses de una guerra sin cuartel (en la que yo pierdo siempre), he optado por intentar una convivencia pacífica; pero no sabiendo cómo aprovechar ese maravilloso don que tiene, la siento a mi lado en el sofá y dejo que ella maneje el control remoto del televisor.

Tomado del blog: http://www.minicuento.com/

Sobre el autor: Alejandro Ramírez Giraldo

Tratado de paz - Javier López


Derogó la alegría, prohibió la risa.
Estableció duras leyes contra las reuniones públicas, las celebraciones, los festejos y los cánticos.
Prohibió los paseos del domingo, la algarabía infantil, los actos de celebración, el cine, la televisión, la radio y la música.
Impuso restricciones a los libros y a la prensa.
Declaró ilegal el uso de prendas de colores.
Cuando la tristeza nos invadió, lo más duro fue aceptar todas esas condiciones. Fueron las que impuso, como vencedora, tras el armisticio.

Desde la ventana - Oscar Román Alconada


Va a estar como en casa, es un lugar muy acogedor. Mire por la ventana de la izquierda, ¿ve el pueblo? Se ve casi entero. ¿Ve la estatua? Está en el paseo de un jardín enorme lleno de flores. ¿Ve aquella carretera? Es la que va a dar a la estación de autobuses. Desde la ventana de la derecha, detrás de nuestra tapia, ¿ve el mar? ¿Ve el edificio gris? Es donde se aloja su mujer. Pasaré de vez en cuando a visitarla, por los viejos tiempos, y le saludaré desde la ventana. Ya verá qué a gusto va a estar aquí, no va a querer salir cuando le den la condicional.

Tomado de http://oscarroman.com/

Sobre el autor: Oscar Román Alconada

Números - Daniel Frini


En ochocientos setenta y nueve años hemos llegado a doscientos doce mil setecientos cuarenta y ocho mundos en toda la galaxia. De ellos, cinco mil ciento noventa y tres están habitados ―doscientos veinticinco terraformados—. Sabemos de cuarenta y ocho mil seiscientos cincuenta y siete mártires de la conquista de la Vía Láctea. Conocemos ciento veinte mil especies de vida extraterrestre, tres de ellas inteligentes y una muy peligrosa. Hubo cinco guerras a nivel galáctico. Y créase o no, todavía hay quien dice que, tal como pasó con la Luna, el hombre nunca salió de un estudio de Hollywood.

Sobre el autor: Daniel Frini

viernes, 9 de abril de 2010

Peligros de la ciudad (10) - Jordi Cebrián


Si visitas los bares del barrio viejo, no dejes de entrar en un curioso local, cercano a las ruinas de la antigua iglesia. Una puerta pequeña parece esconder la entrada. Hay poca luz y a los clientes les gustan los visitantes nuevos. Charlan con ellos, les cuentan la historia del local y puede que les inviten a sus bebidas preferidas. Sé amable, no muestres tu miedo, pues pueden olerlo. Y cuando notes que la noche se te hace espesa y densa, cuando necesites tu dosis de luz y de día, promételes volver otra noche y tal vez te dejen salir.



Acerca del autor:

Desaparición - Javier Arnau


Desapareció; todos los comentarios se arrastraron, como seres vivos, tras la estela dejada por su marcha. Una tras otra, las manchas dejadas por la soledad en su alma, fueron cerrando por falta de negocio; la crisis también se había cebado en ellas y, tras la desaparición de su último cliente, su negocio se fue al traste.
Su paso a otros estadios fue el fin de muchas hegemonías, tanto personales como colectivas, pero eso a él no le importó; seguro que mañana amanecería un nuevo día (o al menos, repetiremos éste mismo en el que nos encontramos), y podría volver a tener la posiblidad de dejar atrás , de nuevo, ciertas cosas que, la verdad, no vale la pena ni nombrar.

Previsor – Héctor Ranea


Hacía calor. Ahorro de energía –pensó. También pensó en los pájaros: con esta sequía no tendrían dónde beber. Puso una batea de enlozado con agua para los volátiles. Al terminar el día debió colar el agua de piojos y plumas, la hirvió con zanahorias, puerros y cebollas. Tenía caldo para el invierno. Los pajaritos hervidos los comería esa noche, al aflojar el calor, viendo una película con Sidney Poitier y Rod Steiger, dirigida por Norman Jewison. Un peliculón.

miércoles, 7 de abril de 2010

Apunte Callejero - Oliverio Girondo




En la terraza de un café hay una familia gris. Pasan unos senos bizcos buscando una sonrisa sobre las mesas. El ruido de los automóviles destiñe las hojas de los árboles. En un quinto piso, alguien se crucifica al abrir de par en par una ventana.
Pienso en donde guardaré los quioscos, los faroles, los transeúntes, que me entran por las pupilas. Me siento tan lleno que tengo miedo de estallar… Necesitaría dejar algún lastre sobre la vereda…
Al llegar a una esquina, mi sombra se separa de mí, y de pronto, se arroja entre las ruedas de un tranvía.

El globo - Samanta Ortega


La niña llora en el parque. La pena que siente llega hasta una señora mayor que descansa a unos metros de ella. Se acerca y le pregunta, ¿qué te pasa, querida? La niña señala un globo que vuela en el cielo. ¿Y dónde están tus papis?, la señora se agacha para preguntarle. La niña le contesta dándose la vuelta y señalando con un dedo, “papá está allí, comprándome otro globo. Mamá se llevó el mío con ella”.

En el espacio estelar - Óscar Román Alconada




De golpe me vi viajando por el espacio estelar, contemplando la grandeza del universo, como un astronauta más. Millones de estrellas me rodeaban, y alguna estrella fugaz pasaba relativamente cerca. No tengo mucha idea, pero a lo lejos creí distinguir Saturno, la Osa Mayor y la constelación de Orión. A medida que se me pasaban los efectos del golpe, me sentía menos astronauta.



Tomado de http://oscarroman.com/

lunes, 5 de abril de 2010

Palabras de poder - Jordi Cebrián


Llegan pajaros negros. Llueve sangre. El viento grita rencores y rabia. Son trece palabras ya, y si lo he escrito bien las tres primeras frases deben resonar aún en tu cerebro. Vuélvelas a leer. Eso es. Y apaga tu sonrisa, siente la desolación de un paisaje donde todo color se difumina. Cincuenta y cuatro palabras. ¿Ves que el tiempo termina, que el polvo cubre lo hermoso, que el sol quema lo bello? Es el poder y fuerza de los signos: grabar a fuego en tu piel lo terrible y oscuro, sin que sepas jamás que hay detrás del cien.

Publicado originalmente en: http://cienpalabras.blogspot.com/

Historia vegetal - Javier López


Crecieron juntas, bajo la techumbre de plástico de un invernadero. Desde muy pronto, se había despertado un interés mutuo entre ellas, y habían establecido fuertes lazos de unión.
Meses después, volvían a encontrarse en la ciudad. Pero lo que antes fuera una cálida relación, ahora se había enfriado. Esta vez, la lechuga y la zanahoria eran compañeras de estantería en el armario frigorífico de un hipermercado.

Romeo y Julieta - José Manuel Ortiz Soto


El libro fue a estrellarse contra el cristal de la ventana, que aguantó firme el impacto. Cuando el tintinar de vidrios rotos no fue más que un temor sin fundamento, el bibliotecario abandonó su sitio en el sillón y contempló satisfecho su obra.
—No siempre se tiene tan grande honor— levanta del piso el libro a medio despastar-: ser un par de moscas haciendo el amor y morir aplastadas por William Shakespeare.

Dear Mr. Blank - Ruy Feben


Este mensajero sólo entrega cartas mortales: los destinatarios las abren y caen muertos en cuanto ven el contenido. Como tú ya intuyes el desenlace, sobra decir que cada misiva explica con detalle sus motivos: infarto, muerte cerebral, el veneno atrasado de una venganza.
Pasemos pues al final, que ya conoces: el mensajero saca de su bolso un sobre; lee el nombre, se queda perplejo: duda. ¿Debe entregar esa carta? Pensarás que ha visto el nombre de su mujer o hasta el suyo propio, y te quedarás tranquilo, creyendo que descifraste el trágico destino del cartero.
Desconoces que, justo ahora, lamentándose por el lector de su historia, se dispone a tocar tu puerta.

Tomado de: http://elclaxon.arts-history.mx/

sábado, 3 de abril de 2010

Efímero y literario - Javier O. Trejo


Roberto Bentano era un escritor de esos, como Vila-Matas, o Auster o el mismísimo Borges, que escribían sobre escritura. Las tramas eran literarias, los personajes: escritores, lectores, editores, correctores, traductores, críticos, coleccionistas, libreros, bibliotecarios y vendedores. Su personaje favorito, o al menos el que más repetía, era un escritor que buscaba su consagración pero a la vez quería pasar desapercibido. Presentaba obra en todas partes y usaba seudónimos. Creaba revistas y antologías para publicarse pero finalmente no lo hacía por algún prurito que desconocemos. Se presentaba a concursos y obtenía premios pequeños, menciones, cuartos puestos, jamás alguno que implicase publicar el texto. Escribió su biografía varias veces pero allí quedaron los borradores. Dicen que su novela ‘Libro’ es la historia del fracaso premeditado, de la cuidadosa planificación de la literatura inexistente. Pero esto es una conjetura, jamás leí algo de Roberto.

Descuido – Mónica Cazón


Esa falda cruzó, desafiante y segura, la Avenida Aconquija. El movimiento ondulante de la tela sacudió las tinieblas de mi sexo y despertó los años dormidos; recuperando la juventud por unos segundos.

Entonces la seguí. Inconsciente e impulsivamente caminé detrás de sus pasos, y obnubilado como estaba, olvidé los semáforos.
Esa falda clara, suave, descomunal, fue mi asesina.

Del libro en preparación: PLEXOS

Cobro puntual - Saturnino Rodríguez Riverón



El último hombre sobre la tierra se relamía de gusto al comprobar su irrefutable soledad, pues eran bien conocidas sus manías de solitario, aunque no quedara nadie para dar testimonio.
—Solo. Al fin solo. Sin vecinos fisgones ni amigos inoportunos. Sin mujeres bullangueras e histéricas, ni muchachos revoltosos e indóciles. Sin horarios que castran la esperanza, ni costumbres domesticadoras, ni frenos, ni tabúes, ni luces u oscuridad. Ni metáforas, alquimistas, abogados o jueces. Ahora soy el amo y el verdugo; tengo la cuerda pero también el árbol que dará frutos. Todo el planeta me pertenece por derecho propio.
Mío, absolutamente mío en toda su vastedad.
En eso tocó a la puerta el Recaudador de Impuestos.

La sombra de una duda - Adriana Menéndez



Sólo cuando se hubo dado cuenta de que lo irreversible no se podía eludir, se dedicó a observar. A prestar atención, a no pestañear, a merodear, a catar palabras. La espera le resultaba agotadora. Esa guardia permanente. Pendiente de todo mínimo detalle. Tratando de descubrir a cada instante alguna pista que fuera el puntapié inicial de algo que no sabía con seguridad qué era. Terminaba el día y no pasaba nada. Un alivio. Pero, ¿y el próximo?

jueves, 1 de abril de 2010

El detalle invisible – Sergio Gaut vel Hartman

—¡Partime al medio! ¡Rompeme toda! ¡Haceme tuya! —exclamó la mujer, excitada por la perspectiva de un coito memorable con el extraterrestre. Los alienígenas habían llegado esa misma tarde a la Tierra, y en lugar de acordar un tratado de paz con los capos del planeta o arrasar las ciudades a sangre y fuego, se habían limitado a salir de las naves como un enjambre de abejas, ávidos y curiosos como turistas japoneses, simpáticos y bellos, idénticos en todo a los humanos, excepto por un pequeño detalle casi invisible: en su lenguaje no existían las metáforas.

Sin pruebas - Alejandro Ramírez Giraldo



Un disparo seco y estruendoso sacude la biblioteca. El mayordomo sube corriendo y encuentra a su señor en el suelo, desangrándose. Junto a él hay una nota manuscrita donde explica las razones del suicidio.
El mayordomo baja corriendo hasta el jardín, le quita la correa al perro y le da una orden corta y perentoria. El perro jadea en silencio hasta la biblioteca, se devora el manuscrito y vuelve al jardín. Recibe, como recompensa, un par de frías caricias en el lomo.


Tomado del blog: http://www.minicuento.com/

Sobre el autor: Alejandro Ramírez Giraldo

El bunker – Ruy Feben



La luz de la tarde alarga mi sombra, que se deforma sobre el asfalto roto hasta alcanzar con la cabeza la puerta del bunker. La gente hace fila para refugiarse bajo antenas potentísimas y cañones precisos. Hay incertidumbre; nos enteramos por el comunicado emitido en la mañana, pero se sabe poco: que los cyborgs declararon la guerra, que algunos incluso han tomado forma humana. Que el plazo para ocultarse vence esta noche. Que después, la muerte.
El sol sigue bajando; detrás de mí ruge una turba, ansiosa por entrar antes del anochecer. La última luz pega sobre mi brazo que, ya convertido en metal, ilumina por última vez las caras de pánico. Después, la noche.




Tomado de: http://elclaxon.arts-history.mx/