jueves, 16 de septiembre de 2010

Cuento por necesidad – Sergio Gaut vel Hartman


—Necesito escribir un cuento —dijo el hombre, tan destrozado que ni siquiera parecía humano. El encargado de la agencia le respondió cortésmente: —¿Qué diablos está pidiendo, señor?
—¿Es sordo?
—Sordo y lento; ya no me muevo como antes.
—¿Antes de qué?
—Antes de que pudiera plantear la pregunta.
—¿Qué pregunta? —El hombre destrozado empezó a impacientarse.—Antes de qué, pero con signos, signos de pregunta, de interrogación, ¿entiende?
—Yo tengo un signo, el signo del florecimiento esencial; es venenoso, colérico y perverso. Así quedé.
—Así quedó; lo verifico. ¿Y por qué quiere escribir un cuento?
—Un cuento autobiográfico, no se lo dije; quiero consignar mi desgracia, explicar lo que me ocurrió, alertar a las futuras generaciones.
—Hubiera empezado por ahí. Ya está hecho.
—¿Está hecho? —El hombre destrozado no lograba salir de su estupor.
—Sí, pero el título se lo tiene que poner usted. Son doscientos veintiocho con cincuenta.

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