martes, 1 de marzo de 2011
Cabezonería - David Moreno
La bala, en la sien y la víctima, en el suelo. Ya van diez esta tarde. Y lo peor es que hasta que no atine no va a parar. Desde que le conté a mi hijo la leyenda de Guillermo Tell se ha empeñado en emularle, pero en versión western. En vez de manzanas, botellas de whisky; en vez de arco y flechas, revólver Colt 45.
Empezó ensayando con sus amigos y como no tenía muchos, ahora ninguno, le tocó el turno a la familia. Tras el último disparo, su perro y yo, temblorosos, nos miramos. ¿Quién será el próximo?
Tomado de No Comments
David Moreno
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2 comentarios:
Ese niño seguramente se llamaba Pancho López. Buen cuento.
excelente cuento...
Yo por eso prefiero que vean la tele: los cuentos les queman la cabeza a nuestros niños...
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