sábado, 23 de junio de 2012

Pato de cerámica - Daniel Diez Crespo



Ella rompió su pato de cerámica. Tres trozos y un pico sin sangre sobre la alfombrilla rosa del váter. Lo ahogó en la bañera. Fueron diecisiete segundos de lucha hasta detener su pequeño latido. Le intoxicó con la espuma. Lo estranguló con la toalla aún enganchada a la cintura. Descalza, resbaló en dos ocasiones. Buscó sujeción en la base firme del lavabo mientras el animal graznaba su asfixia. Hundió la ira y su cabeza en el agua, y sin aire, resbaló el pato de entre sus dedos, voló veloz, lo persiguió asustada con la mirada por encima de su cabeza, y pese al intento, no atravesó el espejo. Desnuda, con la cadera hundida entre la sucia espuma y la toalla atornillada al muro de la bañera, decidió recoger el cadáver y jamás declararse culpable.

Tomado del blog El País de la Gominola

Sobre el autor: Daniel Diez Crespo

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