viernes, 8 de noviembre de 2013

Sirena - Jesús Ademir Morales Rojas


La Estación Espacial Internacional recibió aquel llamado desconcertante desde la Tierra, justo antes de ser derribada. Los astronautas desesperados hicieron lo posible por sobrevivir al abrupto amaraje. Aguardaron durante mucho, flotando y aferrándose a los restos de la estructura inservible, hasta que las olas los arrojaron a una costa. Caminaron, buscaron. Pronto llegaron a las instalaciones en ruinas. Cuando los ingenieros salieron a recibirles, lo entendieron todo: avanzaron resignados hacia el interior de la planta nuclear, escoltados y vigilados por aquellos rostros de luz. La grieta luminosa aguardaba y emitía de nuevo su llamado al cosmos.

Sobre el autor: Jesús Ademir Morales Rojas

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